CAMINAR JUNTOS CON TODA LA IGLESIA,  POBRES CON LOS POBRES

PRESENTACIÓN

    Este año, tanto por el Papa Francisco, para preparar el Sínodo de los obispos de 2023, como ya previamente por nuestro obispo, D. Ginés, en la segunda etapa del plan diocesano de evangelización, estamos invitados a revisar cómo estamos caminando juntos como Iglesia, es decir, cómo vivimos la sinodalidad (sin – odos: “caminar juntos”) y qué testimonio estamos dando en nuestro mundo. Tema que ha estado presente en nuestra asamblea de CONFER en octubre.

“La sinodalidad es la específica forma de vivir y obrar de la Iglesia, Pueblo de Dios, que manifiesta y realiza en concreto su ser comunión en el caminar juntos, en el reunirse en asamblea y en el participar activamente de todos sus miembros en su misión evangelizadora” (“La sinodalidad en la vida y la misión de la Iglesia”, n° 3 - Comisión teológica internacional, 2/3/18)  

 

TRES PILARES DE UNA IGLESIA SINODAL

COMUNIÓN-PARTICIPACIÓN-MISIÓN

 

- La comunión que compartimos encuentra sus raíces más profundas en el amor y en la unidad de la Trinidad. Todos tenemos un rol que desempeñar en el discernimiento y la vivencia de la llamada de Dios a su pueblo.

- En una Iglesia sinodal, toda la comunidad, en la libre y rica diversidad de sus miembros, está llamada a rezar, escuchar, analizar, dialogar, discernir y aconsejar para tomar decisiones pastorales que correspondan lo más posible a la voluntad de Dios. Hay que hacer esfuerzos genuinos para asegurar la inclusión de los que están en los márgenes o se sienten excluidos.

- Este Proceso Sinodal tiene una profunda dimensión misionera. Su objetivo es permitir a la Iglesia que pueda testimoniar mejor el Evangelio, especialmente con aquellos que viven en las periferias espirituales, sociales, económicas, políticas, geográficas y existenciales de nuestro mundo.

¿Cómo se realiza hoy este “caminar juntos” en nuestra comunidad y en el sector eclesial y social en el que nos movemos (parroquia, obras, arciprestazgo, diócesis, congregación, barrio, etc.)? ¿Qué pasos nos invita a dar el Espíritu para crecer en nuestro “caminar juntos”? 

  Junto con el documento elaborado por la Comisión diocesana para el trabajo sinodal (“Caminamos juntos contigo”), y el tríptico que resume el proceso en la diócesis, os presentamos nuestra propuesta, como CONFER. 

  Hacer en cada comunidad, o, si lo deseáis, varias comunidades de un mismo lugar, una revisión de vida sobre cómo vivimos nuestro “caminar juntos” y qué nos está diciendo el Espíritu hoy sobre este aspecto fundamental de nuestra vida. 

  Repartido en tres momentos: VER – JUZGAR – ACTUAR, os invitamos a hacerlo en el marco de un tiempo de comunidad suficientemente largo y preparado. Os pedimos que nos enviéis a la Junta (a José Miguel Sopeña, fc), el resultado de vuestra reflexión: El VER: final de enero. El JUZGAR y el ACTUAR: el 20 de marzo, como máximo. Con ello, haremos una síntesis que aportaremos a la diócesis. 

  He aquí, un breve cuestionario para la primera etapa (VER), a principio de enero os enviaremos un cuestionario para la siguiente (JUZGAR Y ACTUAR).

 

1.VER

  * Prepararnos con un tiempo de oración, personal y comunitaria. Tomar conciencia de que se trata de ponernos a la escucha del Espíritu Santo. Podemos ayudarnos con algún pasaje bíblico. (Ej. Sal 41 – 1Cor. 12, 7-11)

 

- Dialogar, escuchando a cada cual, sobre la realidad que estamos viviendo: ¿Cómo caminamos juntos o no? Atentos a lo que percibimos de “los otros”, también de los que no están en el recinto eclesial. Es momento de ESCUCHAR. 

 

            - En la comunidad religiosa.

            - En ámbito de la vida consagrada en general.

            - En el sector de la Iglesia en el que vivimos (parroquia, obras...)

            - En nuestras tareas apostólicas o trabajos concretos.           

            - En el entorno social (barrio, vecindad…)

 

2. JUZGAR

* Dejarnos inspirar por la experiencia de la primera comunidad cristiana, en el Concilio de Jerusalén (Hch. 15). Leerlo juntos, subrayar su espíritu, lo que nos llama la atención. Es una referencia inspiradora para todo ejercicio de sinodalidad, de comunión.

 

- A la luz del ejemplo de Jesús (su relación con los apóstoles y discípulos, con el pueblo y los que se acercan a él pidiendo ayuda)

 

a) ¿La realidad que hemos analizado, cómo queda ante la luz de Jesús? Aspectos gozosos, que nos reconfortan y nos indican el buen camino. ¿Por qué creo que son buenos para la Iglesia, para su misión, para las personas implicadas, dentro o fuera de la Iglesia? ¿Qué consecuencias o frutos descubro? 

 

b) ¿Qué aspectos dolorosos descubrimos que están alejados de la luz de Jesús en la realidad analizada? ¿Por qué creemos que se dan, dónde vemos sus principales causas? ¿Qué consecuencias está teniendo para nuestra misión como consagrados y para la Iglesia?

 

3. ACTUAR

* Nos podemos inspirar en el pasaje que narra la conversión de Pedro ante Cornelio y su familia. (Hch. 10) Leerlo, comentarlos y subrayar lo que nos llama la atención.

 

- Es el momento de concretar y proponer. En los diversos aspectos de la realidad que hemos contemplado:

 

- ¿A qué conversión personal y comunitaria nos está llamando?

 

- ¿Qué decisiones a nuestro alcance podemos tomar, personal y comunitariamente?

 

- ¿Qué propuestas podemos hacer a nuestro alrededor, para dialogarlas, con otros y crecer en “caminar juntos”, inspirados por las llamadas percibidas del Espíritu?: en el sector de la vida consagrada, en el arciprestazgo o parroquia en la que colaboro, en el espacio social donde trabajo y me relaciono.

 

    Os deseamos un fructífero trabajo de reflexión y compartir, que puede ayudarnos también a compartirlo eventualmente en otros lugares de Iglesia. 

 

  Un saludo fraterno, en nombre de la Junta de CONFER

 

26 de noviembre de 2021

 

José Miguel Sopeña, fc

jmsopenafc@gmail.com

Delegado de CONFER GETAFE 

en la COMISIÓN PARA LA SINODALIDAD



Convocatoria 

Fuenlabrada, 1 de octubre de 2021

Queridos Consagrados/as de la Diócesis de Getafe:

   Siento alegría al poder convocar a todas las comunidades para la Asamblea anual de Confer Getafe. Lo que ha sido normal durante muchos años, dejó de serlo debido a la pandemia. Hace dos años que no nos encontramos de manera presencial, este año ya lo hacemos contando con el protocolo que en este momento está vigente.

   La novedad nos provoca escudriñar ese “algo nuevo” en la experiencia vivida en este tiempo de pandemia. A partir de las respuestas a la encuesta que hemos recibido de las comunidades, la Junta hemos planteado, la base de esta Asamblea que nos dará luces para elaborar el plan del año. No hemos encontrado mejor “escuela” que la experiencia vivida y compartida. 

   La Asamblea es un momento importante para la vida de nuestra CONFER y la vida la aportamos todos y cada uno. Contamos con un representante de cada comunidad y según el reglamento, para las votaciones será el superior/a o su delegado/a quien puede hacerlo. Por lo cual pedimos nombre de las personas, superiores o delegados con derecho a voto. Enviadlo a la secretaria, por favor.

   La votación será de presidenta/e y secretario/a por haber agotado el periodo para el que han sido nombradas. En la asamblea habrá lugar para otras renovaciones si lo solicitan los interesados y lo han comunicado con anterioridad a la presidenta. Así mismo, la presentación de candidatos/as, se comunicará teniendo en cuenta que para secretario/a cada vez es más necesario tener unos conocimientos básicos de los Medios de comunicación.  

           La fecha señalada es el 16 de octubre, sábado

 

            Lugar. Getafe.  RR. Calasancias. C/ Pablo Iglesias 5

            Orden del día:       10:00  Oración y saludo.

                                               10:30  Lectura de la memoria, evaluación y aprobación. 

                                                           Informe económico. Aprobación. 

11:00  Presentación de las respuestas de las comunidades a la encuesta…reflexiones y propuestas de acción para el curso.

12:15  Presentación de candidatos y Elecciones para miembro de la Junta.

13:30  Conclusiones y final del encuentro.

  Este horario es indicativo ya que es posible que D. Ginés se haga presente a lo largo de la mañana, y con mucho gusto haremos un hueco que solo él puede llenar. Le agradecemos que, como siempre, sea y esté tan cercano a la V.C. 

   Debido al estado de pandemia no habrá café de bienvenida, ni comida fraterna de la junta, evitando todo lo que pueda poner en riesgo la salud.

   Para el conocimiento de todos, adjunto lo que señala el reglamento referido A LA ASAMBLEA:

 

Art. 11. La Asamblea General es el órgano supremo de la CONFER DIOCESANA DE GETAFE.

 

Art. 12. La Asamblea General está compuesta por: 

 

  1. Los superiores locales, o sus representantes, de las comunidades religiosas de la diócesis.
  2. Los miembros de la Junta Directiva que no sean superiores locales.

Además, podrán participar en la Asamblea General con voz, pero sin voto todos los demás consagrados de la diócesis y otras personas invitadas. 

   Según dichos artículos, cada comunidad estará representada por la persona asignada    y será la que aporte el voto en los momentos requeridos por la Asamblea.

 

Art. 13. Son atribuciones de la Asamblea:

  1. Elegir a la Junta Directiva.
  2. Evaluar la actuación de la Junta Directiva a través de la Memoria y el ejercicio económico.
  3. Aprobar el plan de acción anual de la CONFER Diocesana. 
  4. Aprobar el Balance Económico anual. 

   Hermanas y especialmente Hermanos, espero que todos nos podamos encontrar para seguir aportando, desde la riqueza de nuestros carismas, la comunión hecha profecía a la que estamos llamados en la iglesia y en el mundo.

 

                        Un  abrazo fraterno

                           Sabina Riaño sfb

                 Presidenta Confer Getafe

 

 

 

He aquí un nuevo testimonio-reflexión, el tercero, de una comunidad de nuestra diócesis de Getafe, para ayudarnos a poner nombre al lema elegido para este curso: “Cuidar y fortalecer la esperanza”. 
TESTIMONIO 
Tierra que sustenta la ESPERANZA 
     La Esperanza bíblica sitúa al hombre y a la mujer ante un horizonte de posibilidades con las que cuenta y que Dios le asegura. Promesas (Gn.13, 16), alianza (Ex.6, 6-8), éxodo (Gn.12, 1-3), confianza (Is.43, 2-3), liberación (Lc.4, 18-19) camino (Jn.14, 6), novedad (Ap.21, 5) se hallan vinculados estrechamente a las esperanzas que suscita Dios. En tiempo de Jesús, la categoría central de las expectativas y esperanzas era el reino de Dios. La resurrección de Jesús es el comienzo de una vida nueva. En el misterio pascual aflora el sentido último de la esperanza cristiana, Él es nuestra esperanza (Col.1, 27), es al mismo tiempo un compromiso histórico y una apertura al porvenir escatológico como don del poder de Dios. Esta es la esperanza que alienta y sostiene la familia humana, llamada a vivir en fraternidad que es el sueño de Dios. 

     El Papa Francisco afirma: “La esperanza es como echar el ancla a la otra orilla y pegarse a la cuerda. Todos los días debemos tomar la cuerda y ver que el ancla está fija allí y que yo la tengo en la mano; todos los días es necesario recordar que tenemos el anticipo, que es el Espíritu que trabaja en nosotros con las cosas pequeñas. Es vivir en tensión hacia el encuentro con el Señor.
 Así son los fundadores y fundadoras, hombres y mujeres de fe profunda y recia, arraigados en la alianza de Dios, “pegados a la cuerda cada día”, y llevados por el viento del Espíritu se dejan sorprender, sueñan lo inimaginable, abren nuevos horizontes, y transitan caminos nuevos de esperanza y liberación comprometiéndose con hermanos y hermanas que viven en las periferias existenciales. 
En nuestro tiempo, a pesar de las flaquezas, tropiezos, limitaciones, etc. son muchos los signos positivos de la presencia del Espíritu entre nosotros y nosotras. 
   
      En la realidad social - eclesial que vivimos en los barrios y pueblos de nuestra diócesis, somos testigos de la pasión de Dios por lo pequeño, pobre y sencillo, por el debajo de la historia; testigos de la entrañable misericordia de nuestro Dios; testigos de su presencia discreta en el corazón de la realidad; testigos del Dios festivo, buena noticia. El P. Serra, fundador de las Hermanas Oblatas, conmovido por aquellas mujeres que ejercían prostitución “El presenciar a menudo y de cerca estos males me ha inspirado el deseo de remediarlos… era demasiado doloroso. Creyéndome obligado a imitar el ejemplo del Buen Pastor quise poner sobre mis hombros a la oveja descarriada”. La fundadora, Antonia de Oviedo (de la Misericordia) pedía a sus hijas: “Quiero que vean en ellas la imagen del Redentor. Que amen a las chicas, que sepan tener paciencia, pero no esa paciencia fría, estoica que nada adelanta en ellas, sino una paciencia dulce, amorosa, piadosa; una paciencia en la que conozcan que hay amor de Dios y de sus almas”…. toca ir cortando poco a poco los hilos con suavidad, sin herir la parte enferma…”. 

     Es el legado que hemos recibido las Oblatas. El Espíritu nos impulsa a transitar cruces y habitar fronteras. Desde la audacia del carisma, nos sentimos llamadas a habitar lugares y realidades emergentes de prostitución y trata con fines de explotación sexual. El seguimiento a Jesús Redentor y las mujeres nos indican el camino, son la brújula que guían nuestros pasos. 

    Propuesta de reflexión- compartir. • Que motivos de esperanza tenemos personal y comunitariamente que hacen posible ser signos de esperanza en nuestras comunidades, relaciones y entorno donde vivimos. 

Oblatas del Santísimo Redentor

Ciempozuelos (Madrid)

ORACIÓN CONFER GETAFE. Junio 2021

La Iglesia dedica el mes de junio al Sagrado Corazón de Jesús. En nuestra diócesis de Getafe tiene una resonancia especial y, quienes formamos parte de esta Iglesia nos unimos en la celebración de su fiesta. Numerosos Institutos Religiosos han tomado este nombre y en sus Constituciones dejan plasmada su espiritualidad:

Nuestra vida, nuestras comunidades,
nuestro servicio apostólico,
encuentran su vitalidad
en la unión y conformidad con el Corazón de Jesucristo.
El Corazón traspasado de Jesús
nos abre a la profundidad del misterio de Dios
y al dolor de la humanidad
y nos hace entrar en su único movimiento: adoración al Padre
y amor a todos, especialmente a los pobres.
Volvemos una y otra vez a estas palabras de Jesús
como a una luz que, poco a poco, nos transfigura a su imagen:
“Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón”. (Mt. 11,29)

 

También nuestros Pastores nos invitan a contemplar en el Corazón de Jesús “el abismo insondable del amor de Dios Padre que se ha vertido en el corazón humano del Hijo, y se nos ha hecho absolutamente próximo y accesible por el don del Espíritu. Este amor encarnado en el que se nos entrega la misma Trinidad, y en el que nuestro modo humano de sentir y de amar se abre a la comunión del Padre, del Hijo y del Espíritu, constituye el misterio central de nuestra fe” (Cardenal Omella).

Venid los que estáis cansados

Este año, al celebrar la Fiesta del Sagrado Corazón en un tiempo de oscuridad e incertidumbre, escuchamos la invitación de Jesús: "Venid a mí los que vais cansados, llevando pesadas cargas, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y así encontraréis descanso”. (Mt 11, 28-29) 

En este momento de nuestra historia, pareciera que un yugo pesado ha caído sobre los hombros de todos nosotros, y particularmente en los hombros de los que son más vulnerables: personas pobres, víctimas del racismo, migrantes, ancianos. Hemos sido despertados bruscamente no solo por el COVID-19, sino también por sus trágicas consecuencias y por el convulsionado estado de nuestro mundo. Nadie puede negar que nuestro mundo bendecido se encuentra roto. 

Los hombres y mujeres de nuestro mundo herido, todos nosotros estamos necesitados de descanso, de poner nuestras pesadas cargas en Alguien que las acoja y las libere, que las entienda porque las ha hecho suyas: “En su vida entregada hasta el final, el Corazón de Cristo se nos muestra como un misterio de amor vulnerable, sujeto al frío y al calor, a la fatiga, al hambre, a la sed, al dolor, sensible sobre todo al desdén, y aun al violento rechazo de quienes no lo reconocen como fuente de vida, un misterio donde el querer divino se ha hecho tan próximo a los hombres, que llora con sus penas y se goza con el consuelo de quien se sabe amado y rescatado” (Cardenal Omella).

 

Canto: “Danos un corazón grande para amar” de Juan A. Espinosa

Tiempo para contemplar

 

 

“Jesús, lanzando un fuerte grito, expiró”.

Y de su costado manó sangre y agua”

 

En nuestra oración contemplamos el grito de nuestro mundo herido unido al grito de Jesús y a ese Corazón del que brota la Vida. “Dentro de tu grito en la cruz, caben todos nuestros gritos, desde el primer grito del niño hasta el último quejido del moribundo Cuando la palabra es pequeña e incapaz para expresar tanto dolor nuestro, el cuerpo y el espíritu se unen en este espasmo descoyuntado. En tu grito de hombre comprometido por la nueva justicia, denuncias a los vientos de todas las épocas los sufrimientos encerrados en las salas de tortura clandestina y los llantos ahogados en la intimidad de corazones justos sin salida, todos los atropellos contra minorías impotentes y la explotación de hombres amordazados por leyes, máquinas, amos y fusiles.

En tu grito oímos la protesta de Dios contra todas las violaciones de sus hijos. En ti grita el Espíritu crucificado por los tribunales, sinagogas e imperios por los siglos que quieren enmudecer el futuro libre y justo.  La rebeldía joven de América Latina, las mayorías negras de Sudáfrica,  se unen a tu denuncia crucificada. Dentro de tu grito lanzado al cielo encomiendan su vida en las manos del Padre todos los que se sienten abandonados en un misterio incomprensible. Desde el desconcierto lanzado como queja de los que experimentaron tu amor alguna vez, pero se sienten abandonados ahora, y sólo en la lucha contigo esperan su salida, desde todas las noches del espíritu, llega hasta tus manos de Padre nuestro grito. 

En ese grito tuyo último, dolor de hombre y dolor de Dios, inclinamos agotados la cabeza y te entregamos el espíritu cuando llegamos a nuestros límites, donde se extinguen los esfuerzos y los días y donde empezamos a resucitar contigo. (Benjamín González Buelta)

En silenciosa adoración, contemplamos el costado traspasado de Jesús. Es la fuente para alcanzar el verdadero conocimiento de Jesucristo y experimentar más a fondo su amor. Al poner nuestros ojos fijos en Él comprenderemos mejor lo que significa conocer en Jesucristo el amor de Dios, experimentarlo hasta vivir completamente de la experiencia de su amor, para poderlo testimoniar después a los demás. 

Canto: Canción al Corazón de Jesús de Cristóbal Fones SJ  

Tiempo para presentar nuestros deseos más profundos

  • Concédenos un corazón semejante al tuyo, manso y humilde, que te escuche y guarde tus mandatos; que se alimente de la Palabra y de la Eucaristía para que, arraigados, edificados y transformados en ti, seamos para todo el mundo testigos de tu infinito amor. 
  • Concédenos aceptar y creer en el amor que  Dios nos tiene y quedar modelados por él. Que los dones recibidos del costado abierto, del que manaron "sangre y agua" (Jn 19, 34), hagan que nuestra vida se convierta también para los demás en fuente de la que brotan "ríos de agua viva" (Jn 7, 38). 
  • Concédenos que la experiencia del amor que brota del costado traspasado del Redentor nos proteja del peligro de encerrarnos en nosotros mismos y nos haga más disponibles a una vida para los demás. "En esto hemos conocido lo que es amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar la vida por los hermanos"
  • Concédenos, Señor, vivir en permanente acción de gracias porque nos has abierto tu Corazón; porque en tu muerte y resurrección te has convertido en fuente de vida. Haz que nosotros seamos personas vivas, y danos ser también nosotros fuente, de manera que podamos dar agua viva a todos los hombres que están sedientos de Ti.
  • Concédenos, Señor, renovar nuestro compromiso de seguir a Jesucristo para siempre y danos el valor y la humildad de tomar su yugo, de vivir la llamada a descubrir y manifestar el amor del Corazón de Jesús, para actuar concretamente ahí donde estamos y como somos, cada uno y todos juntos como un cuerpo.
EL CORAZÓN DE MARÍA NOS CONDUCE AL CORAZÓN DE SU HIJO JESÚS 

Santa María, Madre de Dios, tú has dado al mundo la verdadera luz, Jesús, tu Hijo, el Hijo de Dios. Te has entregado por completo a la llamada de Dios y te has convertido así en fuente de la bondad que mana de Él. Muéstranos a Jesús. Guíanos hacia Él. Enséñanos a conocerlo y amarlo, para que también nosotros podamos llegar a ser capaces de un verdadero amor y ser fuentes de agua viva en medio de un mundo sediento. 

Haznos vivir, como tú, en el amor de tu Hijo, para que venga a nosotros su reino. Conduce a todos los hombres a la fuente de agua viva que brota de su Corazón, derramando sobre el mundo
la esperanza y la salvación, la justicia y la paz. Mira nuestra confianza, atiende nuestra súplica y muéstrate siempre Madre nuestra. Amén

ORACIÓN 
 MES DE MARZO 2021

“Mirad, estamos subiendo a Jerusalén…”
(Mt 20,18)
 

Símbolos:  Cruz con la luz de una vela

MONICIÓN:

 Hemos iniciado la Cuaresma, tiempo fuerte de gracia, de reconciliación y de conversión que nos hace caminar hacia el misterio del Amor supremo; un tiempo para “renovar la fe, la esperanza, la caridad”. (Papa Francisco, Mensaje para la Cuaresma 2021).

 

Queremos dirigir nuestra mirada a Cristo crucificado, hacer palpitar nuestro corazón con los latidos de Su corazón, contemplar y aprender: «Más he aprendido orando ante el crucifijo que de los libros», afirma el gran teólogo Santo Tomás de Aquino.

 

 

Nos acompaña el mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma de este año: “Mirad, estamos subiendo a Jerusalén”. 

“Este llamado a vivir la Cuaresma como camino de conversión y oración - nos dice - y para compartir nuestros bienes, nos ayuda a reconsiderar, en nuestra memoria comunitaria y personal, la fe que viene de Cristo vivo, la esperanza animada por el soplo del Espíritu y el amor, cuya fuente inagotable es el corazón misericordioso del Padre.

En este tiempo de conversión renovemos nuestra FE, saciemos nuestra sed con el “agua viva” de la ESPERANZA y recibamos con el corazón abierto el AMOR de Dios que nos convierte en hermanos y hermanas en Cristo”. (Papa Francisco, Mensaje para la Cuaresma 2021).

 *En el nombre del Padre…

*Con una música de fondo, contemplemos durante unos minutos de silencio la cruz de Cristo y a Cristo en la Cruz.

*Canción:   CREO EN TI 

(es solo una propuesta)

 

Creo en Ti, Dios eterno, creo en Ti

Sólo Tú, solo Tú eres nuestro Dios

Creo en Ti, Creo en ti, Señor.

 

Tú reinas desde la CRUZ,

Y en ella nos das la vida,

Vida eterna, vida nueva

Vida en tu resurrección.

 

LA FE NOS LLAMA A ACOGER LA VERDAD Y A SER TESTIGOS, ANTE DIOS Y ANTE NUESTROS HERMANOS Y HERMANAS. 

Escuchemos al Papa Francisco:

   “En este tiempo de Cuaresma, acoger y vivir la Verdad que se manifestó en Cristo significa ante todo dejarse alcanzar por la Palabra de Dios… Esta Verdad es Cristo mismo que, asumiendo plenamente nuestra humanidad, se hizo Camino —exigente pero abierto a todos— que lleva a la plenitud de la Vida. El ayuno vivido como experiencia de privación, para quienes lo viven con sencillez de corazón lleva a descubrir de nuevo el don de Dios y a comprender nuestra realidad de criaturas que, a su imagen y semejanza, encuentran en Él su cumplimiento.

 

   Haciendo la experiencia de una pobreza aceptada, quien ayuna se hace pobre con los pobres y “acumula” la riqueza del amor recibido y compartido… Ayunar significa liberar nuestra existencia de todo lo que estorba, incluso de la saturación de informaciones —verdaderas o falsas— y productos de consumo, para abrir las puertas de nuestro corazón a Aquel que viene a nosotros pobre de todo, pero «lleno de gracia y de verdad»” (Jn 1,14).

*Silencio orante    

 *Canción Confío en ti

 (Fraternidad)

https://youtu.be/9ayWdgr5Y7Q

LA ESPERANZA COMO “AGUA VIVA” QUE NOS PERMITE CONTINUAR NUESTRO CAMINO 

 Escuchemos al Papa Francisco

“Esperar con Jesús y gracias a Jesús quiere decir creer que la historia no termina con nuestros errores, nuestras violencias e injusticias, ni con el pecado que crucifica al Amor.

Significa saciarnos del perdón del Padre en su Corazón abierto. En el actual contexto de preocupación en el que vivimos y en el que todo parece frágil e incierto, hablar de esperanza podría parecer una provocación. Pero el tiempo de Cuaresma está hecho para esperar, para volver a dirigir la mirada a la paciencia de Dios… 

 

  A veces, para dar esperanza, es suficiente con ser «una persona amable, que deja a un lado sus ansiedades y urgencias para prestar atención, para regalar una sonrisa, para decir una palabra que estimule, para posibilitar un espacio de escucha en medio de tanta indiferencia» (Carta enc. Fratelli tutti [FT], 224)…

Vivir una Cuaresma con esperanza significa sentir que, en Jesucristo, somos testigos del tiempo nuevo, en el que Dios “hace nuevas todas las cosas” (cf. Ap 21,1-6).

Significa recibir la esperanza de Cristo que entrega su vida en la cruz y que Dios resucita al tercer día, (Papa Francisco, Mensaje para la Cuaresma 2021).

 

*Silencio orante

*Canción: En ti Señor reposa todo mis ser  (Taizé)

https://youtu.be/z3Opt-3MmVQ

 

LA CARIDAD, VIVIDA TRAS LAS HUELLAS DE CRISTO, MOSTRANDO ATENCIÓN Y COMPASIÓN POR CADA PERSONA, ES LA EXPRESIÓN MÁS ALTA DE NUESTRA FE Y NUESTRA ESPERANZA 

 Escuchemos al Papa Francisco

“La caridad es el impulso del corazón que nos hace salir de nosotros mismos y que suscita el vínculo de la cooperación y de la comunión.

La caridad es don que da sentido a nuestra vida y gracias a este consideramos a quien se ve privado de lo necesario como un miembro de nuestra familia, amigo, hermano. Lo poco que tenemos, si lo compartimos con amor, no se acaba nunca, sino que se transforma en una reserva de vida y de felicidad. Vivir una Cuaresma de caridad quiere decir cuidar a quienes se encuentran en condiciones de sufrimiento, abandono o angustia... En nuestro contexto actual tan incierto sobre el futuro, recordemos la palabra que Dios dirige a su Siervo: «No temas, que te he redimido» (Is 43,1), ofrezcamos con nuestra caridad una palabra de confianza, para que el otro sienta que Dios lo ama como a un hijo.” (Papa Francisco, Mensaje para la Cuaresma 2021).

  • Silencio orante
  • Compartir voluntariamente la oración.
  • Terminamos este rato de oración con la plegaria que nos une a todos como hermanos: Padre nuestro.

 OREMOS:

     “Que el Dios de la paz... Jesús Señor nuestro, en virtud de la sangre de la alianza eterna, nos confirme en todo bien para que cumplamos su voluntad, realizando en nosotros lo que es de su agrado por medio de Jesucristo. A Él la gloria por los siglos de los siglos. ÁMEN.

 

   CONCLUSIÓN:

    Que María, Madre del Salvador, fiel al pie de la cruz y en el corazón de la Iglesia, nos sostenga con su presencia solícita, y la bendición de Cristo resucitado nos acompañe en el camino hacia la luz pascual.